En Mosela contamos con un amplio catálogo de vinos  para tu establecimiento o catering. Escogidos por su gran calidad y características únicas, estos vinos tintos, blancos y rosados te ayudarán a marcar la diferencia en tu carta. Sin embargo,  no basta sólo con decirlo. Por eso, queremos darte las principales claves para que puedas diferenciar por ti mismo un buen vino de otro que no lo es tanto. ¡Prepara la nariz y la boca!

1. Evaluación general

El primer paso debe centrarse en hacer una evaluación general de la botella, prestando atención especialmente al aroma, el sabor y el color. Además, es importante que exista un equilibrio entre estos tres componentes, aunque alguno de ellos tenga una preeminencia mayor.

2. Color

Para conocer la calidad de un vino, debe observarse que el color del mismo es cristalino. Si está turbio, querrá decir que el caldo no está en buenas condiciones. Por otro lado, hay que tener en cuenta que tiende a oscurecerse con el tiempo, mientras que el tinto a aclararse.

3. Olor

Esta fase es probablemente la más importante a la hora de analizar un vino puesto que es el sentido que nos proporciona mayor información sobre el mismo. Para lograr captar correctamente todos los aromas, se debe mover la copa, haciendo girar el vino para que “rompan” los olores.

Algunos apuntes para que sepas valorar esta fase son que los aromas primarios, correspondientes a olores esencialmente frutales, suelen aparecer como sensaciones más ligeras y sutiles, mientras que los secundarios y terciarios, nacidos de la fermentación y de la crianza respectivamente, resultan más duraderos.

4. Sabor

El vino está formado por más de 800 compuestos distintos, la mayoría de ellos volátiles, por lo que es lógico que en función de ellos, el caldo tenga un sabor u otro. A la hora de degustarlo, recuerda no dar largos tragos, sino pequeños sorbos que te ayuden a distinguir el sabor del vino, dejando que repose en tu paladar para que puedas apreciar la dulzura y sus matices. Además, si percibes el sabor de la uva, podrás decir que se trata de un buen vino.

5. Cuerpo

El cuerpo del vino es uno de los parámetros que más se tiene en cuenta cuando se puntúa un vino. A este respecto, se valoran los taninos, elementos que de textura que hacen que el sabor del vino sea áspero, seco, rugoso y astringente. Por último, recuerda que un buen vino siempre debe perdurar lo mismo en tu olfato como en tu paladar.